Contar con uno de estos USB a tu alcance te permitirá resolver de forma rápida y sencilla muchos de los errores más comunes en tu ordenador con Windows. Ayuda a reparar archivos dañados, arrancar en modo seguro, revertir actualizaciones y más.
Si tienes un ordenador con Windows, seguramente disfrutes de un sistema que, en general, funciona bien. Los controladores están en orden, las funciones cumplen con lo esperado y todo parece ir sobre ruedas. Sin embargo, debes saber que este sistema operativo no es del todo infalible.
Una simple actualización o un pequeño fallo inesperado pueden transformar lo que hasta hace un momento iba perfecto en un verdadero quebradero de cabeza.
A veces, los problemas pueden aparecer de la nada: bloqueos repentinos, fallos en el disco duro, o, peor aún, malware que puede dejar tu PC inutilizable. En situaciones como estas, estar preparado es clave, y una de las mejores formas de hacerlo es contar con un USB de recuperación de Windows.
¿Qué es un USB de recuperación y para qué sirve?
Se trata de un dispositivo de almacenamiento externo (como un pendrive) que contiene un entorno de recuperación de Windows, cargado con herramientas esenciales para diagnosticar y solucionar problemas en tu ordenador.
Básicamente, te permite arrancar el sistema en modo seguro, reparar fallos, restaurar tu PC a un estado anterior o reinstalar en caso de que sea necesario. Lo más importante es que funciona de manera autónoma, lo que significa que no necesitas una conexión a Internet para utilizarlo.
De esta manera, cuando tu ordenador no arranca, simplemente conectas el USB y configuras la BIOS o UEFI para que arranque desde este dispositivo. Una vez cargado, accedes a un entorno de recuperación que te permite utilizar varias herramientas de diagnóstico y reparación.
Ahora bien, es importante mencionar que preparar un USB de recuperación es sencillo, y es algo que cualquier usuario de Windows debería hacer. Para ello, necesitarás un pendrive con al menos 16 GB de espacio libre y seguir unos sencillos pasos.
¿Cómo crear un USB de recuperación?
- Conecta el USB a tu ordenador y asegúrate de que está vacío, ya que todos los datos se borrarán durante el proceso.
- Ve al Panel de control y busca Unidad de recuperación en el cuadro de búsqueda.
- Selecciona la opción Crear una unidad de recuperación.
- Marca la casilla que dice Realizar una copia de seguridad de los archivos del sistema en la unidad de recuperación para incluir todas las herramientas necesarias.
- Haz clic en Siguiente y Conecta y selecciona la unidad USB.
- Pulsa en Crear y espera a que el proceso se complete. Puede tardar varios minutos, así que ten paciencia.
- Cuando termine, guarda el USB en un lugar seguro y accesible, como un cajón o junto a otros dispositivos importantes.Tenerlo a mano puede marcar la diferencia cuando te enfrentas a problemas serios con tu PC. Puedes solucionar una gran variedad de problemas:
- Ataques de malware: Si tu PC se ve afectado por malware o un error grave que corrompe los archivos del sistema, el USB de recuperación te permite iniciar en un entorno seguro. Desde allí, puedes utilizar herramientas como el Comprobador de Archivos del Sistema (SFC) para identificar y reparar archivos dañados para que tu ordenador vuelva a funcionar correctamente.
- Problemas de arranque: Si Windows no arranca o se queda atascado en la pantalla de inicio, el USB te permite acceder a la opción de Reparación de inicio. Esta herramienta soluciona errores en el cargador de arranque, evitando la necesidad de reinstalar todo el sistema.
- Modo seguro: A veces, los problemas en tu PC pueden estar relacionados con aplicaciones o controladores que interfieren con el sistema. Por ello, con este pendrive podrás arrancar en Modo seguro, un entorno reducido donde puedes diagnosticar problemas, desinstalar software problemático o realizar análisis antimalware.
- Revertir actualizaciones problemáticas: Las actualizaciones de Windows son esenciales, pero en ocasiones pueden generar conflictos. Desde el USB, puedes desinstalar actualizaciones recientes que estén causando problemas, como las de calidad (pequeñas actualizaciones de corrección) o las de características (mayores actualizaciones del sistema).
- Restauración del sistema: Si el PC empieza a fallar después de una instalación de software o cambios recientes, este método te da acceso a la opción de Restaurar sistema. Esto te permite volver a un punto de restauración anterior donde todo funcionaba correctamente, sin necesidad de perder tus datos personales.
- Reinstalar Windows: Cuando los problemas persisten y ninguna otra solución funciona, el USB de recuperación te ofrece la posibilidad de reinstalar Windows desde cero. Esto es especialmente útil cuando el sistema está completamente inoperativo.
- Este método no solo te permite solucionar estos problemas, sino que lo hace de forma independiente y sin depender de recursos externos. Es como tener una llave de seguridad que garantiza que, pase lo que pase, siempre tendrás una solución a mano para devolver la funcionalidad a tu PC.